Ayer una parte del grupo del aula externa que tiene
el CEPA San Cristóbal en la Fundación Ataretaco
asistió a la visita programada al Parque de Bomberos de Santa Cruz de Tenerife.
Como parte de una actividad complementaria establecida dentro de las materias
de Trabajo y Sociedad y Desarrollo Personal y Participación Ciudadana, la
visita fue realmente interesante y enriquecedora.
Al tratarse de un grupo pequeño
de visitantes, tuvimos la suerte de poder recorrer el parque casi en su
totalidad, acompañados en todo momento por dos profesionales del cuerpo que,
diligentemente, nos explicaron y enseñaron el día a día de su profesión.
La visita comenzó con la proyección
de un vídeo ilustrativo sobre las negligencias más comunes que llevan a generar
incendios. Contemplamos, por ejemplo, como las regletas caseras de uso más
habitual son la causa más frecuente de incendios domésticos. No disponen de un
mecanismo de seguridad adecuado en su mayoría, ya que únicamente lo incluyen
las de mayor precio.
De la proyección del documental
informativo pasamos a recorrer algunas partes del parque, como el gimnasio, en
donde –además de enseñarnos el equipo básico que lleva puesto un bombero en una
salida convencional para apagar un incendio- tuvimos oportunidad de recibir una
charla interesantísima sobre el acceso a la función pública y, en particular,
al cuerpo.
Conocimos, también, la zona de
actuación del Consorcio de Tenerife y los diferentes municipios que tienen
parques profesionales; a saber, San Miguel de Abona, San Cristóbal de La Laguna , La Orotava e Icod. Alrededor
de 150 efectivos cubren toda la isla.
En la rutina diaria de estos
profesionales está la de revisión de los equipos y camiones, maniobras de
entrenamiento, y mucho, mucho deporte y gimnasio. Después de probarnos algunas
prendas del equipo básico y de sostener algunas de las herramientas de su
trabajo, entendimos perfectamente por qué un bombero debe estar tan fuerte y en
forma.
Con unos turnos de trabajo de
veinticuatro horas que incluyen unos quince efectivos, cuando se les llama para cualquier incidente,
tardan una media de un minuto en estar operativos, una vez que han sido
avisados por el servicio de emergencias correspondiente. Además de apagar
incendios, acuden a accidentes de tráfico, rescates en montes de la isla,
rescates de ascensores y cualquier tipo de accidente que requiera de sus
conocimientos y preparación exhaustiva.
Agradecemos a Jorge Marrero y
Carlos Lorenzo (que salía de turno y se quedó con su compañero para
acompañarnos en la visita) su
disposición y amabilidad en darnos a conocer la labor de estos profesionales
tan imprescindibles para la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario